martes, mayo 08, 2012

Mitos, Leyendas y algunos hechos acerca de la gente divorciada

Anoche tuve una charla con una persona y hablábamos de varios temas y entre ellos salió el tema de las personas divorciadas.

Esta persona desconocía que yo lo soy, así que comenzó a dar sus puntos de vista al respecto y en algunos instantes aquello era una masacre verbal contra las personas que han decidido por buenas o malas razones separarse. A la charla se unió otra persona y en breve (aunque con menos concordancia) la charla continuó sobre el tema. Al igual que otros casos, comprobé que los seres humanos por naturaleza tememos o criticamos aquello que no nos es común o que no entendemos.

Aquí algunos de estos hipotéticos y errados conceptos que en nuestro país existen sobre la gente divorciada. Una vez más repito: Aún sobre la gente racional y debidamente divorciada

1. "La gente que se divorcia es cobarde". Nada más equivocado.

2. "Las mujeres que se divorcian son unas pendejas (o unas putas)"

3. "Los hombres que se divorcian son unos cabrones (o unos vividores)"

4. "Mujer divorciada es mujer devaluada" (lo aplican también a los hombres)

5. "Si se divorció fue por <<algo>>. No ha de ser una blanca palomita". Osea que divorciado es sinónimo casi automático de "malvado" o "perverso"

6. (Para los hombres) "Los divorciados ya no se andan de <<manita sudada>> sino a lo que van. Ándate con cuidado". Según este mito, el hombre divorciado solo piensa en sexo cuando trata a una mujer. Se da de facto que ya no puede amar de nuevo ni enamorarse. Es como que divorciarse anula tener sentimientos.

7. (Para las mujeres) "Las divorciadas ya solo buscan quien las mantenga". Otro terrible mito que convierte a las mujeres en inválidas profesionales y las hace objeto de lástima como si la mujer divorciada no tuviera ya cerebro ni fuerza de voluntad para salir adelante

8. (Para lo hombres) "No te conviene si ya tiene hijos. Tendrás que competir con el tiempo que dedica a sus hijos y a la ex. Te dará solo el tiempo que le sobra". ¿En qué se basan para decir tales cosas? Ser divorciado no significa no saber administrar tiempo, vida y cariño.

9. (Para ambos) "Siempre querrá más a sus hijos que a los tuyos". Nadie puede amar lo que no conoce pero eso no significa que los divorciados seamos gente tonta que no sepamos organizadamente abrir nuestro corazón a otras personitas. Sabemos perfectamente que aceptar a nuestras parejas incluye de facto aceptar a sus hijos si los tiene. Pero ¿por qué espera la gente que eso suceda en apenas un mes? Ganarse el amor y confianza de un niño que sabe que no eres su padre o su madre no es cosa sencilla pero tampoco imposible y no sucede en una semana.

10. "Te vas a echar encima al o la ex". Es cierto, hay que dejar que el miedo venza al amor. ¡Claro que no! ¿Por qué la gente cree que no es posible llevarse bien incluso con la ex pareja de tu pareja? No siempre sucede pero...¡me consta que es posible! Y además, existen cientos de casos más. Cuando no se puede, no se puede pero tampoco das la media vuelta pensando "bueno, ya no te voy a amar porque tu ex se enoja". No estamos hablando de casos de adulterio. Estamos hablando de casos de gente correctamente y legalmente divorciada.

11. "Matrimonio a la segunda ya no funciona". Y la gente cambia de empleo y de auto y de casa y aún cuando le sale mal un negocio vuelve a intentarlo. Sin embargo, hay quienes piensan que la gente divorciada no tiene derecho a ser feliz y tener una relación que en efecto, funcione. Se supone que un divorciado tendría que atarse una piedra al cuello y lanzarse al mar,

12. "Si tus hijos no aceptan a tu pareja desde el inicio es señal de que no va a funcionar". Según esto, debe haber magia, luces o algo así para asegurar que todo está dicho. En el mundo existen millones de parejas que al conocerse por primera vez se caían mal y casi se odiaban y luego de conocerse terminaron siendo de las parejas más felices del mundo. Varios artistas comenzaron su carrera con enormes problemas de empatía con los productores que finalmente los llevaron a la fama. Hoy son grandes amigos y socios. Y existen muchos casos más pero a los divorciados se nos niega el derecho de intentarlo y de conocer y ser conocidos.

13. (Para hombres) "Si es divorciado no te conviene hija". Idem de ese pensamiento que dice que los hombres divorciados somos sinónimo de problemas. Algunas madres prefieren saber que su hija anda con un soltero borracho, drogadicto, mujeriego, sin oficio y sin respeto a sus hijas antes que anden con un "malvado divorciado" aunque sea cuerdo, fiel, trabajador y amoroso de sus hijas.

14. (Para mujeres) "Si es divorciada es menos para la familia". Idem de ese pensamiento que hace suponer a ciertas suegras, nueras y cuñadas que la esposa (divorciada) de su hijo ha dejado de ser menos mujer que ellas por el mero hecho de ser divorciada. Algo similar al "devaluo" que supone no ser virgen pero ahora el menosprecio viene de "haber sido de otra antes".Por ello la excluyen de fiestas, reuniones y eventos con el resto de la familia ¿Ser chismosa, criticona y odiar al prójimo no reducen igual o peor la calidad de una persona?

15. "Es mejor mal casado pero bien amarrado que bien divorciado aunque suelto". Osea que es mejor asegurar la supervivencia económica aunque no haya amor, paz ni respeto que luchar por resolver lo más pacíficamente las diferencias. Bien golpeado pero bien comido. No tendrán paz pero al menos tienen carro. Y no estoy diciendo que a la primera de conflictos hay que salir corriendo de una relación. Hablo de que el miedo a quedarse sin medios de supervivencia justifica según esto el quedarse en una relación muerta como si Dios no diera segundas oportunidades en la vida.

Y aunque mencioné solo 15, por seguro hay más. No estoy justificando el divorcio. El divorcio debiera ser como el plan Z de cualquier relación de pareja. Digo sin embargo, que hay veces cuando luego de intentarlo de diversas formas (aún incluso en algunos casos con la ayuda misma de Dios) lo mejor es para algunos casos luego de intentarlo primero desde la B hasta la Y precisamente el divorcio.

Por salud mental propia primero porque nadie puede dar lo que no posee.
Porque nadie puede amar a otros si ya no se ama a sí mismo, si ha perdido su identidad.
Porque la dignidad de una persona no puede ponerse como trapeador y en muchos casos soportar golpes en nombre del amor porque eso ya ni siquiera es amor.
Porque cuando la vida de uno de los dos peligra por el daño del otro hay todo menos amor.
Por salud mental también de los hijos cuando los hay.
Porque repito, Dios es un Dios de segundas oportunidades. Conozco parejas que se divorciaron y luego de un periodo volvieron a unirse. Bien por esos casos y bien también por lo que ya no fue posible.

Sé que muchos de ustedes son solteros. Otros tiene novio(a) y algún día piensan casarse. Otros ya tienen la dicha de gozar del amor de sus esposos(as) -y oro con todo mi corazón que Dios bendiga siempre sus matrimonios-. Otros no se casaron nunca aunque viven en pareja o viven solo con sus hijos. Otros son en efecto divorciados.

Sé que hay muchos y terribles casos de divorcios conflictivos donde se atacaron y dijeron y usaron incluso a sus hijos como armas, como escudos para "ganarse" uno contra el otro. Sé que está comprobado que los hijos de padres divorciados tienen tendencias altas de ciertas situaciones que los de padres unidos no. Sé que por amor a sus hijos muchos decidieron permanecer a lado de una persona a la que hace mucho dejaron de amar pero hoy aceptan por lo que consideran un sacrificio de bienestar por ellos y nos les juzgo. Se que otros piensan equivocadamente que es mejor no casarse porque el matrimonio no funciona y es obsoleto o un mero compromiso (cosa por cierto también terriblemente falsa). Sé también que Dios nos justifica el pecado y que existen decretos de lo que él desea para la humanidad. Sé sin embargo, que obedecer es mejor que miles de sacrificios y que es altamente sabio también dar la media vuelta a tiempo y evitar más daños que seguir caminando cierta línea por temor y culpa y de todos modos llegar al final y darte cuenta que todo era en vano.

Para algunos un pecado. Para otros una medida desesperada. Para muchos un pretexto para no amar en verdad y cambiar primero en ellos mismos en vez de buscar los cambios en el otro. Sin embargo, la gente que nos hemos divorciado no por capricho o por mera primera opción sino luego de un profundo ejercicio de reflexión y amor a nuestras ex parejas y a nuestros amados hijos y desde luego, a nosotros mismos no somos gente que deba ser considerada escoria ni la más última de las opciones. Seguimos siendo seres valiosos e importantes cuyo error es tan grande y vistoso como el que otros llevan en forma de cigarro, de una botella, de largas noches de antros y de cualquier asesinato atroz. Somos aún humanos con ganas de vivir y levantarnos inspirados aún en el amor.

Todavía, como la persona que tiene cáncer y yace en su cama o la que sana corre en el parque, tenemos sentimientos y emociones. Tenemos aún un corazón que no dejó nunca de latir. Seguimos generando el dinero que se va en nuestros impuestos y que alimenta los engranes de la economía de nuestra gran nación. Comemos, dormimos y soñamos en un México mejor.
Vemos a nuestros hijos y oramos al mismo Dios que los guarde y les conceda ser felices en sus matrimonios a lado de hombres y mujeres dignos que los amen y respeten. Anhelamos verlos y ver a nuestros nietos.
Anhelamos bendecirlos y sobre todo verlos felices y en paz solos o a lado de una gran persona, una gran hombre o una gran mujer.
Anhelamos aún enamorarnos y ser correspondidos. Anhelamos suspirar y causar suspiros.

Que nadie nos tenga por indignos o los últimos de ninguna lista porque dicha lista no la tiene en la mano ni siquiera Dios el cual ha de juzgar a cada ser humano conforme a sus obras y su corazón. Si pecamos Dios también nos disciplina como al resto y como al resto que le cree y ante él se humilla nos ofrece indignamente su perdón. De Dios nadie se burla. Casado, soltero o divorciado el día del juicio está a la puerta y de ese ninguno de los tres se escapa. Dios conoce donde está tu corazón.

No pedimos limosnas ni lástimas de nadie. Lo que ven es lo que hay. Como cuando manejas y si el de adelante no sigue a tu rimo, no lo agredes ni apresuras. Simplemente lo rebasas y ambos felices y contentos siguen su precioso manejar. Hemos dar cuentas de nuestras decisiones primeramente a nuestro Dios y Padre y también a nuestros hijos por quienes nos hemos comprometido a ser los más mejores padres y madres no por culpa o en compensación sino porque sabemos que más nos necesitan y más los amaremos desde siempre y desde hoy.

No digo que a la semana te cases con el primer soltero que conozcas. Tampoco podría decirlo de divorciados.
Ambos, solteros y divorciados, con el trato y con el tiempo mostrarán su verdaderas intenciones y si estás abierto al amor y a la objetividad, en un mes puedes conocer mucho de con quien te piensas unir.

Tiremos sin emabrgo esas piedras que tenemos en las manos. No digo que abracemos el pecado sino que amemos al que llamamos pecador. La vida da tantas y enormes vueltas. Lo que un día estuvo arriba abajo hoy se ve. Nadie sabe si ahí se quede o si de nuevo arriba en un segundo esté. No somos sindicato del que orgulloso podamos sentirnos.
Seguimos siendo humanos y de eso si nos gloriamos.

No les pido que transmitan este mensaje si no desean hacerlo. Al menos mediten para ustedes mismos si acaso no hay afuera entre ustedes algún hermano o hermana a quien hayan desechado por mirarse diferente y con esa ropa en sus atuendos (momentánea y pasajera) que se lee a veces "divorciado/divorciada" olvidando sin embargo que sigue siendo humano.

Paz a todos ustedes.

Lecturas recomendadas (para solteros, casados y divorciados):

Divorcio Sano

Amor al segundo intento

Rematrimonio

El amor es una decisión

Matrimonio, Divorcio y Nuevo Matrimonio



1 comentario:

Anónimo dijo...

Me hisiste llorar! que buen articulo es la verdad. La sociedad es bastante cruel y de doble moral. Acepta mas que se ande con una persona casada que con una divorciada

Un abrazo y tienes una nueva lectora